Dado que ya es tarde y estoy cansado debo resumir. Pero no os preocupéis tendréis toda la información que necesitáis para saber como acaba esta historia. Ahora, desde la posición en que me encuentro solo puedo maldecir mi suerte, maldecir su estupidez y llorar por lo que le ha sido arrebatado. Venganza, amor, justicia, felicidad, esperanza… y ya ni esto le queda. Os maldigo a todos los que escucháis esto, a los que la condujeron a esto y a ella y yo mismo.
Me levante somnoliento, dolorido y con la boca pastosa. Al principio pensé que era solo una resaca y una pesadilla horrible. Me dirigí al baño y me lave la cara, al principio note algo extraño, me explicare, la disposición de las cosas era distinta, las toallas eran blancas y en el cajón vi tampones. Tarde un momento en razonar la información y cuando un rayo de conocimiento atravesó mi espesa mente lo recordé todo. Dios del cielo tenia que salir de allí corriendo. Cuando llegue a la puerta me di cuenta de que estaba solo y vivo… Necesitaba saber que había pasado así que rebusque por la cocina y el comedor hasta dar con una paquetito y un sobre dirigido a mí. La recuerdo como si la tuviera delante, decía mas o menos con alguna floritura:
“Amado mío;
Se que lo que diga no borrara el recuerdo de anoche, pero por favor lee esto hasta el final. Lo que sucedió ayer es debido a la enfermedad que padezco y con la que te infecte al morderte. Juro que, no quería pero en ese momento no me dejaste elección. Te quería para mi porque nunca conocí un hombre como tu y ella me dijo que no había otra elección para que nunca te fueras de mi lado. Fueron ellas quienes te drogaron la comida, fueron ellas quienes querían matarte y aunque pude detenerlas tengo que marcharme para protegerte. Pero yo te amo digan lo que digan, y aunque se que tu nunca me corresponderás me gustaría pensar que por un breve momento sentiste algo por mi. Por todo ello déjame intentar enmendar mi crimen. Junto a esta carta hay un paquete dentro del cual esta mi diario, en el encontraras todo lo que se sobre esta enfermedad, espero que te sea útil y no repitas mis errores. Esto es lo mas parecido ha entregarte mi corazón que soy capaz sin hacerte daño.
Nunca te olvidare
Siempre tuya;
Lorena.
Pd: En el diario está la dirección de mi hogar en Canadá, estoy dispuesta a esperarte.”
Me quede sentado en el sofá sopesando lo sucedido, mas despejado y tranquilo por fin conseguí atar cabos y montarme mi película. Padecía un caso grave de esquizofrenia. Resumiendo estaba como una puta cabra y la famosa enfermedad solo era un invento para justificarse y negar su incapacidad patológica de estar con hombres debido a su pasado. Cuan equivocado estaba, 5 años estudiando psicología para decir semejante sandez, siempre lo dije psicología la estudian los locos y los idiotas. Eche un rápido vistazo por la casa y salvo los cajones de ropa que estaban revueltos todo seguía como ayer, así que cogí el diario y la carta y me fui a casa. Tirado en la cama meditaba si ir tras ella o no y una vez junto a ella si la estrangulaba o la abrazaba. Decidí dejarlo estar y olvidarla. Rompí la carta pero cuando fui a tirar su diario no pude. En ese momento llamaron a la puerta, me guarde el diario en el bolsillo y al abrirla vi a una pareja de policías que insistían en que les acompañara, a lo que amablemente respondí que no y cuando ellos insistieron se ve que se armo la gorda.
Lo siguiente que recuerdo es estar en una habitación de hospital completamente inmovilizado y las enfermeras mirándome con temor. Allí conocí a quien mas tarde seria mi mujer, Elena. Me explicaron que noquee a un policía y al otro le desencaje la mandíbula y que ellos como contrapartida me propinaron un golpe que me dejo ciego del ojo derecho al desprenderse la retina. Pero si seguía ingresado en el hospital era debido a los accesos fiebre y delirios que le acompañaban. La medica me interrogo acerca de la mordedura de la mano, le conté que una vecina que decía portar la rabia me mordió, que estaba todo en el diario que llevaba conmigo. Y aunque me miro con incredulidad me dijo que lo miraría. Durante 3 días me estuvieron haciendo pruebas varias y dijeron que salvo una pequeña inflamación del sistema nerviosos no sabían que producía la fiebre. Al cuarto día volvió Elena, hablo con los médicos y me hicieron mas pruebas. Ella aprovechando un momento de intimidad me comento que tras leer el diario llamo al hospital que trato a Lorena y corroboro la historia. Entonces encontraron el virus de la rabia en mi sangre, pero no la que conocemos, dijeron que era un retrovirus (como el VIH) estaba dormido en mi cerebro y generaba una toxina que se liberaba cuando mi sistema nervioso se excitaba induciendo arrebatos violentos. Los días se me hicieron eternos de no ser por Elena, ella era mi médica, una dama de cabeza a los pies con una compasión tan profunda como el océano y una mata pelirroja que le llegaba hasta la cintura recogida en una coleta. Su figura bien proporcionada, sin que ninguna parte de su cuerpo destacara, era grácil y armoniosa. Ella fue la única que se digno a tratarme como una persona, me leía el periódico y me contaba que pasaba muros afuera, lo hubiera hecho yo mismo pero es difícil atado y con dos guardias día y noche a mi alrededor. Ella era la encargada de calibrar mi medicación para controlar la infección.
Llego el día del juicio, sobre mi pesaban los cargos de agresión (mi jefe), agresión con agravante de incapacidad (al que cegué con el espray) y finalmente resistencia a la autoridad, agresión contra la autoridad y atentado contra la autoridad (la ley siempre protege a los suyos). No recuerdo mucho pero me salve de ir a la cárcel gracias a Elena, ella consiguió convencer al tribunal de que no era consciente de mis actos, que era fruto de la enfermedad que padezco y que con la medicación esto no se repetirá. El juez dictamino que no iría a la cárcel pero que yo debía someterme al tratamiento, realizar evaluaciones psicológicas periódicas y que Elena seria responsable de mi libertad. Si la idea no le gusto no mostro ninguna señal de ello.
Pasaron los días, semanas, meses y cada vez me sentía mas unida a ella. Ella era todo cuanto una persona podría desear, nunca conocí a una mujer igual pues era capaz de calmarme con solo un vistazo. Ella era con quien deseaba pasar el resto de mis días, era ella el único ser de este mundo que me importaba que fuera feliz. Pero decir que no había pensado en Lorena durante esos 2 años seria mentira. Pero su recuerdo solo venia a mi como una pesadilla que atormentaba mis noches de luna llena. Elena que me veía casi a diario se entristecía cuando le contaba mis pesadillas relacionadas con aquella noche, como si algo remordiera su conciencia. Un día en su consulta sin levantar la vista de una carpeta que había sobre su mesa me pregunto con una voz que parecía un susurro “Todavía sueñas con Lorena ¿Verdad? (alzando la vista a mi ojo sano) Si pudieras ¿Irías a visitarla?” “Sin dudarlo, no puedo vivir eternamente perseguido por los fantasmas de mi pasado.” Conteste. Ella señalo la carpeta sobre la mesa y me indico que me marchara mientras se tapaba la cara con una carpeta. Una vez en casa mire el contenido de la carpeta en el estaba el diario de Lorena y unos documentos policiales. Eran documentos policiales de media Europa y 3 estados de los E.E.U.U. en ellos aparecían los distintos nombres y fotos de las victimas de Lorena. Y en todos se buscaba una mujer que encajaba con la descripción de Lorena por lo mismo: asesinato. Aquello me asusto mucho pero aun así estaba decidido a saber más. En el diario había más de su vida de lo que querría saber, de lo que se puede soportar. Leí como su padre abusaba de ella, como se infecto del virus al morderle una alimaña del bosque y como su marido la maltrato. También leí como se vengo de todos y sacrifico 8 hombres en sus estudios (incluido su marido) para entender su enfermedad. Los seducía, los infectaba y cuando la infección alcanzaba su punto álgido los asesinaba y estudiaba su tejido. Cuando llegue a la parte del diario que me incluía se hizo patente algo que me estaba carcomiendo desde la conocí. Había cuatro tipos de letra y estilo distinto… realmente tenia 4 personalidades. Una de ellas me amaba, otra me despreciaba y me veía como una rata de laboratorio, otra era una niña asustadiza que me temía y la ultima era un animal furioso que odiaba a todo ser vivo que le rodeaba. Estaba muy enfadado, como podía alguien como Elena saber donde se ocultaba un monstruo así y dejarla impune sin denunciarla a las autoridades, ¿Por qué? ella no es así. Al día siguiente volví a su despacho y le pregunte “¿por qué?”. “Por ti”-respondió y tras un largo suspiro continuo-“Cuando me dijiste que leyera su diario me lo tome un poco en broma, los casos de gente infectada de rabia son raros pero de transmisión humano-humano no se han documentado. Pero como parecías tan convencido lo cogí a escondidas y lo ley.”-Mirando el diario con una mezcla odio y agradecimiento.-“Al principio me asqueo el realismo con el que detallaba determinados datos escabrosos por suerte llegue a la parte de de su contagio antes de cerrarlo horrorizada. Llame al hospital y corrobore la existencia de ella como paciente, allí me confirmaron su enfermedad y el método de diagnostico. Continúe leyendo a ver si ponía algo del tratamiento y encontré… eso. Busque esas personas y resulta que existen, todas fueron encontradas diseccionadas en vida. Esa mujer era una psicópata peligrosa pero a la par muy lista y gracias a sus estudios encontré la medicación que tomas.”-Me miro con ternura y sentencio-“Gracias a ella estas vivo, no me parecía justo denunciarla”. Por un momento estuve apunto de asentir pero me parecía que ocultaba algo mas-“Elena se sincera, que es lo que no me quieres decir”. Aparto la vista de golpe de mi cara” ¿Has leído la ultima parte? Esa mujer estaba obsesionada contigo y ¡Tú no eres un asesino! Además, solo dios sabe que nos haría si supiera que tu y yo...”-en ese momento se callo y se tapo la boca con las manos. Yo enfurecido sin razón, creo que no tome la medicación ese día, respondí-“¿Qué no soy que? ¿Estuviste en el mismo juicio que yo? No lo recuerdas, soy una bomba de relojería según las evaluaciones psiquiátricas. Además ¿Que es eso de tu y yo? Solo somos mi medico y yo. Tu no eres nadie para decirme que hacer. Zanjare este asunto a mi manera y si mi decisión es volver con ella que así sea.” Ella, con ojos llorosos, me exigió que me marchara de allí. Así pues me largue furioso y cerré la puerta de golpe. A pesar de que le había hecho mucho daño, de que ella sabía que yo iba a Canadá solo para matar a Lorena. Sabía que ella me cubriría las espaldas ante las autoridades pensando que yo haría lo correcto en el último momento. Esa mujer es un ángel, nunca podre compensarle por todo lo que ha hecho por mí. Quería volver y pedirle perdón pero debía hacer esto o me volvería loco.
Al día siguiente tome el primer vuelo hacia Canadá, compre un cuchillo de caza y alquile un coche para ir a casa de Lorena. Aparque a un kilometro de su casa y me quede mirando el cuchillo de caza sopesando que hacer. Estaba hecho un lio, cuando pensaba en Lorena, en lo que significaba para mi solo veía a Elena. Cuando se convirtió ella en el centro de mi universo era algo que me desconcertaba. Miraba una y otra vez el cuchillo ya no sabia si quería venganza o volver a casa. Así que decidí guardar el cuchillo en la guantera, Elena me estaba esperando, o eso quería pensar. Me disponía a arrancar el coche cuando Lorena me sorprendió por la ventanilla con una sonrisa fría y vacía. La invite a llevarla en coche y lo que viene a continuación es simple de explicar. La acompañe a su casa y preparo otra de sus “infusiones”. Fingí beberla mientras me explicaba como habían sido estos dos años y pico. Cuanto me hecho de menos, que había cambiado, que ya no estaban ellas… Cuando calcule el tiempo de efecto de sus hierbas hice la pantomima de quedarme bajo su efecto. Y paso justo lo que esperaba, el cordero volvió a ponerse la piel de lobo. “Has tardado mucho, pero agradezco que hayas venido. No sabes que mal pase estos años pensando que pudieras… delatarme. Todavía no se como se las ingenio para impedir que te examináramos y dejar una prueba como ese diario. Habrías resultado tan útil para nuestros ensayos, bueno todavía puedes serlo” Dicho esto cogió un cuchillo y se dirigió hacia mi, pero era yo quien se guardaba un as en la manga esta vez. Cuando se abalanzo sobre mi le agarre de la muñeca que sujetaba el cuchillo y se la golpee contra la mesilla hasta que soltó el cuchillo. La solté de la muñeca y la deje en el suelo estupefacta. Cuando comprendió aquella personalidad que su meticuloso plan fallo se desmorono y dejo salir otra personalidad. Era la pequeña niña desamparada, estaba aterrada y aunque estaba cansado de este juego seguí sus normas. Intente calmarla y le pedí que por favor quería que dejara salir a su hermana. Sus ojos se transformaron, volvían a ser dulces y llenos de amor. Se me lanzo al cuello, me abrazo con fuerza y me dijo que temía no volver a verme, que estos años se le hicieron eternos sin mi. Me estaba destrozando el corazón, aquellas palabras reavivaron los rescoldos de un amor pasado lleno de dolor. Con todo lo que me hizo y seguía queriéndola, pero en ese momento fui consciente totalmente de que aquel tiempo ya paso. Elena era la única ama y señora de mi corazón. Derrote a los fantasmas de mi pasado ahora solo quedaba hacer justicia. Y aunque se que ella no es la verdadera culpable sus manos estaban manchadas de sangre. Quería coger el cuchillo y apuñalar su corazón librarla de su miseria y vengar a los muertos, pero no podía. Mi corazón se debatía entre el amor que sentía por ella y el odio visceral que me recorría. Gano el odio, y tome una decisión increíblemente vil y cobarde. A ella no podía enfrentarme pero si al lobo que se retorcía encadenado en su corazón, que el cielo me perdone por lo que hice. La insulte, la humille, me reí de su amor, le dije que nunca la ame… al principio negaba con la cabeza y me pedía que callara hasta que se quedo como muerta. Fue rastrero pero efectivo, sus ojos se volvieron amarillos y se abalanzo a por mi con un grito inhumano. Me propino un golpe brutal, creí que me iba a partir una costilla, me araño y golpeo en todos los puntos vulnerables. Mi reacción, que decir de ella, fue proporcional a su ira; me limite a propinarle un puñetazo en el estomago con el que le corte la respiración y la deje inconsciente. Y allí quedo tendida en el suelo como una muñeca de trapo, me apreté las costillas con el brazo izquierdo y cogí el cuchillo. Me arrodille ante ella y me dispuse a propinarle el golpe mortal, y así hacer justicia. Pero no, aquello no era justicia era venganza, Lorena era una victima como yo y era algo que Elena nunca me perdonaría. Así que la maniate, la subí al coche y conduje hasta la comisaria de policía mas próxima para entregarlos: a ella, su diario y la documentación que Elena recopilo. Cuando llegue a la comisaria me esperaban dos sorpresas. La primera que la policía me ataco como si fuera el malo, comprensible si entras con alguien maniatado y les han avisado de que has venido a su país a tomarte la justicia por tu mano. La otra era Elena junto un policía diciéndole que pararan de atizarme. Después en el hospital reponiéndome de las contusiones debidas a un “malentendido con la policía” vino Elena con una cara tan seria y afligida que no pude evitar reírme. Me dijo que vino detrás de mi ha avisar la policía para evitar que cometiera una estupidez y que sentía mucho no haber confiado en mi. “Tomaste la elección correcta. Recibirá tratamiento medico y psiquiátrico; además de pagar por sus crímenes. – Bajo la vista – Aunque no es la única que debería sentarse en el banquillo de los acusados.” Le cogí de la mano con ternura y le tape con un dedo los labios-“Eres tu la que a actuado como toca. Si no fuera por ti, si nunca te hubiera conocido estaría muerto, en la cárcel o dios sabe como. Por ello quiero pedirte una cosa. Cásate conmigo, se que es precipitado y todo eso…” Antes de poder acabar la frase me interrumpió diciendo “Si quiero” y los dos llorando de felicidad nos fundimos en un apasionado beso…
-Ejem señor Rodríguez, ya hemos oído suficiente. Esa ultima parte no era relevante para el caso. (Juez)
-Perdone señor juez me limite a contestar la pregunta del fiscal “Diga todo lo que recuerde desde el día que conoció a la Sra. Lorena Lenoir hasta el día que la condujo ante la justicia”.
-De acuerdo. Pero la próxima vez no es necesario que sea tan detallista, no se si a su esposa le hará gracia que aire esos detalles. (Juez)
-No creo que le ofenda, Elena era la primera interesada en saber toda la verdad y era ella quien mas necesitaba conocerla.
-Si no hay mas preguntas el testigo puede retirarse. (Juez)
-Hasta nunca Lorena.
Y esa fue la ultima vez que la vi allí sentada junto a su abogado como un vegetal inerte sin vida. Finalmente la asesine, tal vez no su cuerpo pero la mate al romperle el corazón, o eso creo. Yo había encontrado a Elena, el amor de mi vida al precio de romperle el corazón a un monstruo. Quizás fue por ello que Elena insistió en llamar a nuestra primera hija Lorena, quizás sea nuestra forma de compensar la funesta vida de la quien que nos reunió.
Y así acaba el relato Luz de Luna espero que les haya gustado. Un relato de 16 paginas, todo un nuevo record personal. Debo de admitir que el final de esta historia es uno de los muchos que se me ocurrieron. No lo elegí por ser el mas apastelado, simplemente quería por una vez escribir un relato con un final feliz mínimamente creíble. Aquellos que hallan leído todas las partes habrán notado que ciertas partes (los prólogos y epílogos de cada parte) parecen discordar del la historia en conjunto esto es porque la escribía con forme me pasaba por la mente. En fin por favor espero sus críticas que me ayuden a mejorar mi nula capacidad literaria XD. Adiós y buen destino.
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