domingo, 20 de junio de 2010

Relatos en mi agenda

Otra noche más soñé que despertaba en una vieja casa irlandesa. Me desperté al lado de una mujer que no conozco de cabellera roja como el atardecer y piel blanca como la nieve cuyo rostro siempre esta cubierto de sombras. Una vez más nos despertamos abrazados y preparamos la comida para ir a comer allí donde el Señor del bosque suspira por la diosa del mar. Allí donde un muro de piedra se alza imponente sobre el mar, desafiante a las olas y el viento. Un acantilado y un mar cuyo nombre ni recuerdo ni conozco en lo que parece la zona media de Irlanda. Es un dulce día de verano pero se palpa la tragedia en el aire de viejos amores no correspondidos. Conversamos alegremente hasta nuestro destino junto al precipicio. Comemos y hablamos para acabar tendidos uno junto al otro sobre la hierba, sin tocarnos pero lo suficiente cerca para notar su calor. Me giro para ver su rostro pero como siempre las sombras me lo ocultan como si no debiera conocerla. Parece un bello sueño, pero como dije es una pesadilla. Al levantarme para recoger para marchar ella comienza a renegar. Se planta en el borde del precipicio fija como una estatua y a pesar de no poder ver sus ojos siento una mirada que me atraviesa el alma. Luego simplemente se limita a decir “Si me amaras vendrías” y salta al vacio.




En ese momento como todas las noches que sueño con ella me levanto sobresaltado y sintiéndome culpable de la muerte de una mujer que no conozco pero que me duele el alma con solo pensar en ella. Dicen que algunos sueños o cuando vemos fantasmas son pedazos de nuestras vidas anteriores que arrastramos debido a la culpa cuando nos reencarnamos. Otros que son avisos del destino. En cualquier caso necesito saber quien es ella, porque se tira y si el que esta allí soy yo.





Buscando mi libro de estadística encontré mi agenda de la ESO, por lo visto fui escribiendo esta historia a lo largo del curso, lo malo es que no recuerdo haberla escrita y falta el final.

3 comentarios:

  1. Aún puedes terminarlo, aunque tal vez prefieras dejarlo intocado, sería comprensible.
    Aparte de eso, lo de "si me amaras vendrías" me ha recordado a la historia de Antínoo y el emperador Adriano en el río Nilo.

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  2. CHISSSSSSSSSS calla, que como te oiga la SGAE me demanda XD

    Si, creo que la terminare, conforme la vaya transcribiendo. Odio dejar las cosas inacabadas.

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  3. Vaya...

    A mí me pasa algo curioso. Ya hay varias personas que han soñado conmigo la misma escena: yo soy una enfermera en medio de una batalla en un acantilado de Irlanda y estoy sanando a un soldado... Curioso...

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