Había que admitir que llegaron pronto, pero ya anochecía cuando el cuerpo de bomberos comenzó a dragar el fondo del lago. Los nervios estaban crispados se notaba en el aire, en las miradas, nadie que hubiera nacido en los alrededores del lago se aventuraría de noche. Si este lago era famoso por algo era por sus corrientes, la cantidad de gente que se ahogo y su cadáver nunca se recupero podría llenar un libro. El sheriff no prestaba mucha atención a mis explicaciones hasta que Mike se acerco con la carta de suicidio. El sheriff se puso a leer la carta mientras Mike me miraba intranquilo. Antes de que acertara a preguntar la causa de su desasosiego el sheriff me cogió del hombro fulminándome con la mirada me exigió saber todos los detalles. Nunca lo había visto tan enfadado.
Era la tercera vez que le explicaba al sheriff lo sucedido cuando el jefe de bomberos nos interrumpió –Los chicos no han encontrado nada y es prácticamente de noche. No son capaces de ver a un palmo de sus narices.- Dijo mirándome como quien mira a un niño demasiado estúpido para sonarse las narices. Luego miro al sheriff como si compartiera con el un chiste o un secreto – Esta es muy mala zona. No es la primera vez que alguien se ahoga y su cadáver es arrastrado por la corriente.-. –Lo mejor será suspender la búsqueda y archivar el caso como suicidio, ¿No es eso lo que paso agente Jack?- Sentencio el sheriff fulminándome con la mirada. Tal era la furia de esa mirada que me dejo sin palabras, solo puede agachar la cabeza y asentir.
Me dirigí al coche, cerré la puerta del coche y me limite a observar por el retrovisor como discutían el sheriff y el jefe de bomberos mientras me dirigía a casa. Por el camino James me llamo por la radio - ¡Jack! ¡Maldito bastardo, me has vuelto a usar de escudo! – Cogí el micrófono de la radio del coche patrulla - James, los dos sabemos que llego tarde por hacerte el favor de atender la llamada.- me limite a contestar, estaba cansado y debería mandarle a tomar por culo pero lo conozco de hace tiempo y se como acabara esta conversación. –Gracias por hacerme el favor, pero ya sabes las normas. Lo que queda de mes pagas todas las rondas en O’Flanagan.- continuo James - Aun así, creo que me retirare y abriré una asesoría matrimonial.- dijo entre risas. –De acuerdo James, nos vemos el viernes que viene en O’Flanagan.- conteste sonriendo y ya sin contener las carcajadas continúe –Pero por lo mas sagrado no montes una asesoría matrimonial no quiero una oleada de divorcios en el pueblo. –De acuerdo Jack...-Ahora su tono era distinto, sonaba preocupado. –Perdón, sabes que era una broma- Respondí enseguida. -No, no es eso.- Dijo James muy serio -Mira sé que eres nuevo por aquí, ¿Cuando llegaste? ¿Hace 4 o 5 años, no? y no sabes como funcionan las cosas. Aquí cualquier tema relacionado con ese lago o ese pueblo es casi tabú. No te preocupes por las reacciones de la gente es lo normal, ya te acostumbraras. Pero lo de aquella chica… ¡Por dios Jack! No sabes la mierda que se avecina, en cuanto les has dado la carta, dos llamadas y media ciudad se ha puesto en pie de guerra. Sinceramente coge las vacaciones y no vuelvas en unas semanas, yo me encargare del caso por ti.-Continuo con un tono mas risueño ahora -Jack ve a casa y haz las paces con esa fiera. “Tu ya me entiendes.” Cuídate.-.
El resto del viaje transcurrió tranquilo mientras repasaba mentalmente el suceso de esta tarde, pero decidí dejarlo en manos de James. Lo mejor que puedo hacer es volver a casa e irme de viaje con Elisa una semanita o dos como aconsejaba James. Mi amada Elisa, mi mujer desde hace 10 años. Ella que me ha hecho el hombre más feliz del mundo y yo solo le he traído dolor. Todo es culpa mía. Ella que era la persona mas maravillosa que jamás conocí, que brillaba con luz propia reducida a un animal asustadizo, una parodia de lo que era. La pobre es incapaz de cruzar el umbral de la puerta sin mi o incapaz de estar siquiera en casa sin una arma a mano. Fue la razón por la que nos mudamos a Brahams. Ella ya no soportaba vivir allí, no después de aquello. Fue hace 4 años y medio, había terminado de pasar consulta y me esperaba junto a la puerta del centro. Desconozco que paso, nunca habla de ello y su sola mención la pone frenética, suponemos que acudió al callejón de detrás de la consulta engañada y le atracaron. Le robaron el bolso y, el desgraciado que se pondría nervioso, le rajo la cara. Desde la frente a hasta la mejilla, no la dejo tuerta de milagro. La encontré cuando me dirigía a recogerla del trabajo para una cena romántica. Allí estaba encogida contra la pared del callejón temblando con la cara las manos y la ropa llenas de sangre, en aquel momento creí que mi corazón dejo de latir. Cuando me vio se abalanzo a mis brazos entre lagrimas preguntándome porque no llegue antes, porque no la salve. Aquello me partió el corazón Dios sabe que hubiera dado mi vida por ella, ¿De que sirve mi placa y mi arma si no puedo proteger a quien amo? La lleve al consultorio y de allí al hospital entre sollozos y recriminaciones. Se necesito sedarla porque no cedía a soltarme de su lado. Tardo semanas en aceptar que debía de volver al trabajo y que ella debía salir, pero esto resulto en vano. Nunca salía a ningún sitio si no la acompañaba. En ese momento pedí mi traslado a alguna ciudad pequeña o pueblo donde ella pudiera volver a sentirse segura. Y surtió efecto, el traslado logro un cambio inaudito en ella. Volvió a sonreír, a pasear sola incluso encontró trabajo en la clínica de Brahams. Fueron 3 años maravillosos pero la alegría poco duro. Veréis un día cuando volvía del trabajo la encontré agazapada frente al televisor aterrada. No sé que vería en las noticias pero resucito su trauma con más fuerza. Volvió a recluirse en casa, me obligo a enseñarle a manejar una pistola y empezó a cambiar poco a poco. Ya no se comportaba como una niña asustadiza, no, comenzó controlarme con quien iba o hablaba, temía perderme. Quizás demasiado para que yo pueda soportarlo. Este ultimo año y medio a sido especialmente duro para mi, siempre me controla necesita saber donde estoy decide con quien puedo hablar y con quien no. Y las pesadillas, cada vez con mayor frecuencia asaltan sus sueños, se despierta gritando y golpeándome. Nunca me dice que sueña solamente me obliga a prometerle que nunca volveremos a nuestro antiguo hogar y que nunca la dejare. Cuando se serena por fin logra reconciliar el sueño abrazada a mí. Me preocupa mucho su salud y el hecho de no poder hacer nada me reconcome. De hecho, de no ser por James me habría vuelto loco, ese cabroncete siempre me lía para salir o quedar con la gente. Y quizás sea esa la razón del odio entre ellos. Pero ella vive con el eterno recelo de que la deje por otra y aunque la amo con locura en ocasiones me lo he planteado. Ah, cuan fácil seria mi vida de hacerlo: no más control, no más preocupaciones… no más culpa. Pero no puedo este sentimiento de culpa que arrastro cada día es mas intenso. Cuando me mira con ojos de cachorro abandonado… me manipula, yo lo se, ella lo sabe y James lo sabe pero no hago nada al respecto y me siento débil y patético.
Mas tarde, allí mientras ella dormía y la luna acariciaba sus bellas curvas vi la cicatriz de su cara brillando como si fuera de plata, en ese momento la recordé. La imagen de la mujer de esa tarde ardía en mi mente. La conciencia me estaba martilleando con un mazo, como podía ser tan egoísta, su cadáver entre los peces y yo aquí en mi cama. Hice lo que debía, sopese mi decisión aunque no mucho. Me vestí, cogí mis cosas y escribí una nota en la que explicaba que me disponía a hacer.
“Nombre de la victima: Helen West
Residencia: Silente Hill, (Katz st.)
Padres: Alexander Y Helen West
Edad: 16 años
Medidas: 1,60 m 59 kg
Descripción: Caucásica, rubia con los ojos castaños.
Informe preliminar: Según los testigos (I.H, A.H y D.K) estaban organizando una fiesta privada. La victima estaba borracha y tras discutir con ellos corrió hasta el borde de la montaña. Allí perdió el equilibrio precipitándose al lago Toluca, concretamente a 1km del mirador del Silent Hill.
Conclusión: muerte accidental.
Agente: Rick Malory”
Se trataba del informe más escueto que jamás vi, los únicos datos útiles estaban en el sumario, los nombres de los testigos estaban tachados de forma ilegible. Rick Malory, actual sheriff de Brahams, cual seria su interés en todo este asunto. Fuera cual fuera no quiso indagar mucho en el asunto ni dejar constancia.
Dos muertes en el mismo sitio, una nota extraña, el secretismo en torno a esa muerte, todo parecía una mala película de suspense. Intente averiguar el nombre de los propietarios de los telefonos que llamo la mujer, a la que en adelante me referire como "la dama de blanco". Los dos primeros números eran dos fijos y no tarde en conseguir los datos de los propietarios con ayuda de la compañía telefónica. Alexander Hardy y John Smith, pero el tercero era un movil extrangero y no pude obtener los datos. Pero todavía me quedaba una jugada, quizás no sirviera de mucho pero era lo único que tenia. Con el informe Helen en la mano llame al unico numero movil de los teléfonos que "la dama de blanco" llamo antes de suicidarse. Tranquila, no te fallare.
-Buenos días, soy el agente Jack O’Donell de la policía de Brahams. Seria mucha molestia indicarme con quien tengo el placer de hablar.- Pregunte.-Soy Isabella Hardy- Contesto secamente – Y usted “tendría la amabilidad de decirme” a que se debe esta llamada a las 4 de la mañana.-Disculpe las molestias debe de haber sido un error en la transcripción del numero.-Conteste y colgue precipitadamente.
Hardy ese apellido me resulta familiar, así que consulte los archivos del censo. Eran los dos hijos del exalcalde Hardy y aunque el tercer nombre no tuve suerte comencé a encajar las piezas. I.H y A.H que menciona el expediente debían de ser Isabella y Alexander Hardy. Según dijo fue testigo del crimen de Helen West, ¿Seria ella D.K? Seguramente los años le han hecho perder el juicio y confesar. Si tan solo tuviera la carta de suicidio pero no aparece por ningún lugar y según el registro del almacén de pruebas ni el móvil ni la carta existen. De todas formas necesito encontrar alguna prueba que apoye mi teoría de que la muerte de Helen West no fue un accidente. Y solo puedo encontrar alguna pista más en un único lugar, en Silent Hill.
Segunda parte de la historia. Espero que os guste. La semana que viene la tercera parte de la historia “regreso al hogar”. La música para hoy es You Are Not Here. Nos vemos, y los que estéis de exámenes suerte.
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