martes, 2 de febrero de 2010

Luz de Luna (3º parte)

Muchos pensaran tras las cosas narradas con anterioridad que ese mordisco me traería consecuencias nefastas. Pensarían que gradualmente cambiare; que mi alma y mi cuerpo se verían alterados… y no andarían desencaminados.


A la mañana siguiente me desperté junto a la puerta; me dolía la cabeza, la mano me picaba mucho y tenia la boca pastosa con un regusto amargo y metálico como a sangre. Cuando me mire en el espejo vi que tenia la boca manchada de sangre y la ropa manchada… dios odio esa manía de lamerme las heridas, solo consigues infectarte las heridas. Tras ducharme limpie la herida y la cubrí con un apósito para luego marcharme al trabajo. Fue un día duro me costaba concentrarme y estaba muy irritable; la herida me dolía y sentía escalofríos. Hacia al medio día tras una discusión bastante fuerte con el jefe de sección por negarme ha hacer horas extra otra vez pensando que solo por que era un becario no podía negarme. Tras agarrarle por el cuello de la camisa y mandarlo a la mierda me fui entre las miradas atonías de mis compañeros. De camino ha casa en el metro tanta gente, tanto calor y ese… olor me sentía mareado, asustado y estaba comenzando a delirar. La herida era un asunto mas grabe de lo que pensé. Tras casi perder el sentido en el portal conseguí arrastrarme hasta casa. Al abrir la puerta vi caer un sobre con algo escrito, simplemente ponía Lorena, suponía que seria una carta de disculpa o… una amenaza. Estaba demasiado cansado así que me tumbe en la cama y me tome un buen número de aspirinas, ibuprofeno y todo lo que encontré que pusiera antipirético, antibiótico o analgésico e intente dormir, ya la leería mas tarde. Fue un sueño estresante y raro, pesadillas extrañas y sueños caóticos. Solo recuerdo ser arrastrado de la pierna por un lobo entre los arboles de un bosque mientras éramos perseguidos por una muchedumbre enfurecida… y cuando iba a darnos alcance me abandono a la turba. Desperté sudado y cansado, la fiebre desapareció y los síntomas de infección de la herida ya no estaban. Tras ducharme y adecentarme mire la hora, eran las ocho-“¡Dios del cielo he dormido ocho horas!”. Me sosegué he hice un rápido repaso mental de lo hecho ese día, ahora con la cabeza despejada me di cuenta de lo estúpido de mi acción con el jefe. Da igual; hacia tiempo que quería dejarlo, odiaba ese trabajo y a los capullos que lo poblaban.

Abrí el sobre con una ceremoniosidad que hacia de la escena algo ridículo, en el había una carta de disculpa de Lorena. Una carta…

4 comentarios:

  1. Qué cabronazo, y lo dejas así, sin siquiera un "Continuará...". Eres malapersona! >.<

    ResponderEliminar
  2. Tendras que esperar a la cuarta parte, le e cogido el gusto a racionar las historias. Ahora sientes lo que yo con la de Caleb

    ResponderEliminar
  3. No todo el placer es mio, tanto interes debe ser que no se me da tan mal escribir historias. Tal vez lo haga mas amenudo.

    ResponderEliminar